Un día como hoy, 26 de septiembre de 1964, el inconfundible Roy Orbison alcanzó el puesto número uno en el Billboard Hot 100 con uno de los temas más icónicos del rock y el pop: «Oh, Pretty Woman». Esta canción no solo dominó las listas en Estados Unidos, sino que también se convirtió en un éxito global, escalando posiciones en países como Reino Unido, Canadá, Alemania, y más. Orbison, con su distintiva voz de tenor operístico y su particular estilo oscuro, se posicionó como una de las figuras más enigmáticas de la música de los años 60.
La inspiración para este tema surgió en una escena de la vida cotidiana. Orbison se encontraba componiendo junto a su colaborador Bill Dees cuando su esposa Claudette interrumpió para anunciar que salía de casa. Al preguntarle Orbison si tenía suficiente dinero, Dees respondió en tono de broma: «Una mujer bonita nunca necesita dinero». Esa sencilla interacción dio origen al título de la canción, y el ritmo cautivador de «Oh, Pretty Woman» nació.
Musicalmente, el tema fue respaldado por una alineación estelar de músicos que incluyó a Floyd Cramer en el piano y Boots Randolph en el saxofón, además de Orbison en la guitarra. De hecho, durante la grabación de la canción, hubo cuatro guitarristas, lo que añadió profundidad y riqueza al sonido característico de la pieza.
«Oh, Pretty Woman» fue lanzada en un momento clave de la carrera de Orbison, quien ya había logrado varios éxitos anteriores como «Crying» y «Only the Lonely». Sin embargo, este tema se destacó no solo por su inmediatez y frescura, sino también por su impacto duradero en la cultura popular. Desde entonces, ha sido versionada por varios artistas, incluidos Van Halen, que la llevaron nuevamente a los primeros planos en los años 80.
A nivel personal, Orbison atravesaba tiempos complicados. Poco después del lanzamiento de «Oh, Pretty Woman», su vida se vio sacudida por la tragedia cuando perdió a su esposa Claudette en un accidente de motocicleta, seguido de la muerte de sus hijos en un incendio. Estas pérdidas dejaron una marca indeleble en su vida y en su música.
Hoy, más de cinco décadas después, «Oh, Pretty Woman» sigue siendo uno de los temas más reconocibles de la música moderna, una pieza que define una era y un estilo, y que sigue inspirando a nuevas generaciones de músicos y oyentes.