La batalla de Robbie Williams y Jimmy Page por sus residencias en Londres ha capturado la atención del público durante casi una década. Esta disputa vecinal comenzó en 2015 cuando Williams propuso la construcción de una piscina subterránea, lo que despertó las preocupaciones de Page sobre la estabilidad de su histórico hogar, Tower House, construido en 1875 y protegido por su estatus de Grado I. Page, conocido por su meticuloso cuidado de la mansión, temía que las obras comprometieran su integridad estructural.
La controversia escaló con intercambios públicos y legales. En 2017, Williams se disculpó tras insinuar problemas de salud mental de Page, pero la tensión persistió. En 2019, Williams obtuvo permiso para la construcción, sujeto a estrictas restricciones como el uso exclusivo de herramientas manuales y el control de ruido, lo que mostró la seriedad de Page en proteger su propiedad.
Recientemente, Williams ha solicitado erigir una cerca de dos pisos entre las propiedades, citando falta de privacidad. Esta propuesta es parte de una serie de renovaciones que incluyen un gimnasio y un estudio de grabación, alimentando aún más la discordia. La cerca pretende aumentar la privacidad sin dañar el valor patrimonial del área, según la solicitud de Williams.
Históricamente, Tower House ha albergado figuras notables, como el cineasta Michael Winner. Page, quien ha residido allí desde 1972, ha dedicado esfuerzos significativos a su conservación, incluyendo una restauración minuciosa del techo en 2014, reflejando su devoción por la preservación del patrimonio cultural.
Este conflicto entre una estrella del pop moderno y un ícono del rock clásico pone de manifiesto la complejidad de la vida vecinal entre celebridades, mostrando que ni la fama ni la fortuna garantizan una convivencia pacífica. La saga continúa con la expectación pública sobre si estos vecinos podrán finalmente alcanzar un entendimiento.