Bob Dylan: el día que electrificó al mundo

Por: Mike Stone

Era el 25 de julio de 1965. Bob Dylan salió al escenario del Newport Folk Festival con una Stratocaster eléctrica. Llevaba una banda detrás y una intención clara: romper el molde. El público, sin saberlo, estaba a punto de presenciar uno de los momentos más polémicos —y decisivos— en la historia del rock.

La canción que abrió fue “Maggie’s Farm”. Desde los primeros compases, algo cambió: los amplificadores rugieron y el sonido se volvió más áspero, más urbano. Muchos asistentes comenzaron a abuchear; otros, confundidos, pedían lo de siempre: “¡Queremos lo acústico!”.

Dylan siguió. Tocó “Like a Rolling Stone” con intensidad, casi desafiando. Cuando terminó, entre silbidos y aplausos mezclados, dejó el escenario. Pero el público no lo dejaba ir.

Regresó solo, con la guitarra acústica. Tocó “Mr. Tambourine Man” y “It’s All Over Now, Baby Blue”. El silencio cambió de tono: ya no era rechazo, sino respeto. Aquella noche encendió una chispa que redefiniría el rumbo de la música popular.

Lo que muchos vieron como una traición, fue en realidad una declaración de libertad.

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